miércoles, 31 de diciembre de 2008

Correccion con Prismas



En este segundo punto vamos a tratar sobre un posible tratamiento de las anomalías de la visión binocular como es el uso de los prismas para su compensación.

Existen una serie de medidas que evalúan diferentes aspectos de la función visual. Estas medidas son las siguientes:

1. Heteroforia: Representa la posición de los ejes visuales cuando no se está realizando la fusión (es una desviación no manifiesta de los ojos que al romper la fusion de la imagen queda en evidencia). Es la magnitud de la desviación que debe ser compensada por el sistema visual a través de las vergencias.
2. Disparidad de fijación: Representa el desalineamiento de los ejes visuales cuando se está fusionando. Una persona con disparidad de fijacion al enfocar un objeto, la imagen de ese objeto se forma, en la retina de cada ojo, en sitios diferentes.
3. Foria asociada: Según Mallet la foria asociada es la cantidad de prisma necesario para eliminar la disparidad de fijación.
4. Reservas de vergencia fusional: Medida clínica de la habilidad del sistema visual para compensar heteroforias.

Los prismas, constituyen una importante alternativa a la hora de tratar heteroforias descompensadas, sin embargo por el momento no existe consenso acerca de en que casos específicos o con que cantidad de prisma se debe compensar.


A la hora de determinar la cantidad de prisma a prescribir existen diferentes criterios:

1. Criterio de Mallet: Sugiere prescribir en base a la foria asociada. La presencia de foria asociada en pacientes carentes de anomalías binoculares pone en duda este criterio de prescripción
2. Criterio de Sheard: Sugiere que las reservas de vergencia fusional deberán como mínimo duplicar el valor de la heteroforia.
3. Criterio del prisma confortable: Prescribir la cantidad de prima que le resulte más confortable a nuestro paciente (muy subjetivo).

Cada uno de estos criterios debería ser puesto a prueba mediante estudios que determinaran la eficacia real del tratamiento prismático.

El problema que presenta la corrección mediante el uso de prismas es la adaptación que se puede producir en el sistema visual. Esto puede hacer que tras un periodo de corrección con prismas la heteroforia se vuelva a producir en casi el mismo valor que tenia antes de la corrección. Esto ha sugerido a muchos autores mas conservadores a recomendar su no utilización e incluso a considerarlos contraindicados.

Por otra parte, se ha sugerido un procedimiento para verificar el éxito del tratamiento:

1. Obtener el valor de foria asociada.
2. Insertar el prisma en gafa de prueba y medir en esta nueva situación la foria asociada.
3. El paciente llevará el prisma en la gafa de prueba 10 minutos y tras esto se medirá la foria asociada con la gafa puesta.

Si el valor resultante continúa siendo próximo al cero, no se habrá producido una adaptación y el paciente se beneficiará del tratamiento prismático.

Como conclusión señalar que los prismas pueden ser una solución eficaz para algunos casos de heteroforia, aunque no para todos los casos y que su prescripción debe estar apoyada por una buena revisión optometrica y estudio del sistema visual del paciente que apoye su prescripción.

Seguiremos comentando otras curiosidades visuales en proximas entradas.

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